Eres una bendición para mí y para todos los que te rodean. ¡Sigue adelante, brillando con la luz de Cristo!
Marcha con valor por el camino de la vida. ¡Cristo es tu compañero fiel!
Dios te bendiga hoy, mañana y siempre. Eres una persona maravillosa.
Doy gracias a Dios por ti, eres de mucha bendición para mi vida.
Gracias porque tu vida muestra el poder transformador del perdón de Dios. Eres un ejemplo de lo que significa servir a Dios de todo corazón.
No desmayes en la fe. En el momento oportuno, Dios intervendrá a tu favor y lo verás obrar.
Ofrenda hoy a Dios con amor lo mejor de ti: tu alabanza, tu adoración, todo tu ser.
Recuerda que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto. Da gracias a Dios por sus regalos constantes.
Recuerda todo lo que Dios ya ha hecho por ti, y sigue confiando en su amor, su cuidado y su provisión.
Frente a cada reto, detente a escuchar la voz de Dios. Él sabe lo que es mejor para ti.
No temas en medio de las dificultades. Clama a Dios, él te ayudará y te guiará hasta la victoria.
¿Te han dado la espalda aquellos en los que confiabas? Recuerda que Dios es fiel. Él sigue a tu lado y no te abandonará.

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